El Rococó nació en la Corte de Francia entre los años 1730 y 1770 que fue viviendo una continua evolución de forma progresiva, se buscaba el refinamiento, la comodidad el lujo y la fiesta principalmente en los ambientes interiores de las más nobles gentes.
El Rococó nació en el Palacio de Versalles y se llevó a la Europa Germánica, el interés por la sociedad, la incorporación de la mujer en la escala social, las reuniones y las fiestas, hacían que hubiera especial interés por la comodidad y la riqueza, las escenas palaciegas se tomaban como fondo para las creaciones artísticas, el gusto por los desnudos, los retratos al óleo, el arte oriental venido de ricos materiales como la porcelana y las incrustaciones de nácar y piedras preciosas en los muebles escritorio de madera, bureaus, el uso de la mitología griega en las figuras talladas en la madera y oro, a modo de peanas, pies y patas, son básicamente los tratamientos que se daba a la arquitectura, a la escultura, a las pinturas y a los tapices.
El gusto del Rococó es el gusto por la opulencia de la mano de la ergonomía y la calidez, el uso de materiales ricos y de calidad como son las maderas, los mármoles, los cristales de Bohemia dedicados a los jarrones y a las grandes lámparas de araña y de los relojes de oro y candelabros haciendo juego. Jarrones de porcelana enriquecidos con pinturas coloristas de motivos chinos, conjuntos de muebles de madera con ricas tallas y tapizados de flores o costumbres de las cortes.